La limpieza de los Cristales y piedras tiene el propósito de
liberarlos de cualquier energía que hayan acumulado o almacenado en su
interior, para dejarlos con su carga original.
Debes tener en cuenta, que es muy importante lavar y purificar una piedra o un
cristal apenas llega a tus manos, para eliminar cualquier tipo de negatividad
que puedan haber adquirido anteriormente.
Aprovechar las energías de las
fases lunares dejándolas las noches de lunaciones importantes al aire libre
bajo la luz de la luna.
En “Luna Nueva” lo que nos
moviliza es alimentar las propiedades de las piedras con una energía que nos
permita exteriorizar del modo más adecuado, justo, iluminado, creativo nuestro
propósito.
En “Luna Llena” nos interesa para trabajar nuestras emociones, el soltar lo que ya no nos refleja hoy y hacer
espacio a lo nuevo, el amor propio y el amor universal, encender nuestros
dones, expandir las fortalezas y curar patrones, entonces las exponemos a la luz lunar con
esa intención.
La limpieza de las piedras y los cristales es
sencilla y puede realizarse de distintas maneras, ya sea situando las piedras
bajo un chorro de agua corriente (si
es una fuente natural, mejor) mientras visualizas cómo la negatividad abandona
la piedra.
Sumergirlas en un vaso de agua con
un poco de sal gruesa, sal marina gorda, agua de mar o bien si tenemos
posibilidad lavarlas directamente en el
mar en una red sostenerlas en la rompiente de las
olas.
Un dato importante es que con el ámbar,
las esmeraldas, el lapislázuli,
el ópalo, la malaquita y las turquesas,
no debe usarse la sal.
(Esto no es para
todas las piedras, por ejemplo las porosas no pueden estar más de un par de
horas en sal, y tampoco para collares engarzados)
·
Ponerlas al Sol.
·
Rosearlas con
sahumerio y/o palo santo.
·
Dejarlas bajo
tierra, ya sea en un jardín o en una maceta.
Para cargar y recargar los cuarzos y piedras
también existen diversas maneras de hacerlo, dependiendo de la composición de
cada uno.
Con
frecuencia, siempre que sea posible, hay que exponer los cuarzos directamente a
la luz del sol.
La amatista y el cuarzo rosa se pueden poner al
sol también, pero durante poco tiempo, ya que van perdiendo su color.
A
las turmalinas es
conveniente guardarlas en sitios oscuros y resguardados.
El cuarzo blanco, la selenita, la amatista, la esmeralda y la piedra de Luna, son piedras de
carácter lunar y se verán beneficiadas si en período creciente y en luna llena
se las expone a la luz de la luna.
El entorno de las piedras hay que
mantenerlo lo más limpio que se pueda, con velas, incienso y flores secas, por ejemplo.
Jamás
debe desperdiciarse una piedra o un cristal, ni siquiera cuando se rompen o
pierden su poder curativo a causa de un exceso de trabajo.
Lo
que se debe hacer es enterrarlas en nuestro jardín o en alguna maceta, ya que
no solo ayudarán a las plantas, sino que con el tiempo, pueden ir recuperando
su fuerza
NOTA: Tener en cuenta, que si alguien llegara a
tocar nuestro cristal o cuarzo, dejará su propio campo energético en él, y si,
por ejemplo, la persona está deprimida, asustada, rabiosa, o de mal humor,
dejará esa impresión en el cristal o cuarzo.
El cuarzo cristal es uno
de los minerales que más beneficios tiene.
Recoge la energía, la potencia, la
amplifica y la dirige hacia donde tú quieres.
Es muy utilizado para sanar y eliminar las energías
negativas que hay en tu vida.
Por eso cada vez que alguien toca un cuarzo o cristal hay que volverlo a
limpiar con los métodos anteriores.
Los
egipcios eran unos apasionados de las piedras, las tallaban a mano y las
convertían en hermosas joyas, que luego lucían tanto hombres como mujeres.
Eran
conscientes de las propiedades
beneficiosas de las piedras, de la influencia de su energía en
nuestro estado de ánimo y de los poderes que nos otorgan.
Las
valoraban tanto por su belleza natural, como por la protección que les ofrecían, utilizándolas
como amuleto.
Si
combinamos nuestra mente que es realmente poderosa, y además, le agregamos una
fuerza proveniente de la naturaleza, crearemos una combinación perfecta.
ROJAS: Sirven para activar, dar energía, ya que es un
color de acción y representa a Marte, al hierro, la sangre, la vida, la
creatividad, el optimismo y el vigor.
Para conseguir todo lo
que tenga que ver con esto y además para fortalecer el cuerpo, la voluntad, el
sistema inmunológico, la resistencia, etc
Naranja: Proyectan y
emiten energía, fortalecen el campo áurico, equilibran las
emociones (poniéndolas a la altura del ombligo), aportan equilibrio
y seguridad.
ROSA: Los rosas son
receptivos, sedantes, relajantes, alivian la tensión.
Perfectos para esos
días de exámenes.
VIOLETAS/PÚRPURA. Sirven para todo.
Son excelentes instrumentos de
transmutación, limpieza y renovación.
Limpian las energías negativas, densas
y elevan la frecuencia espiritual. Desarrollan el sentido humanitario.
Son estimulantes ante la apatía y
depresión. Limpian las energías caóticas que haya alrededor de alguien
con desequilibrios, adicciones y dolores físicos. Inducen al
sueño.
VERDES: Representan la naturaleza.
Es la fertilidad, la semilla que nos da la tierra.
Si necesitamos un “soplo de aire fresco” tener una piedra
verde nos lo atraerá.
AZUL: Al color azul en general se le relaciona
con la tranquilidad, la calma y la paz;
incluso, se le llega a relacionar con todo lo espiritual llegando a creer que
mejora la comunicación con el más allá, de ahí que sea la piedra recomendad en
la meditación.
NEGRA:
te ayudan a limpiarte de malas energías.
Son
las elegidas a la hora de limpiar los ambientes de energías negativas.
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