Hara
literalmente significa: cultivo de la vida. Significa el centro de gravedad
Hara
es el punto de equilibrio de nuestra vida
física, mental, emocional y espiritual.
Si
tu estas centrado, equilibrado y
enfocado entonces estas en perfecto estado de conexión con tu Hara.
El alma se conecta con el
cuerpo en unos centros determinados, nuestra energía vital procede de esas
conexiones.
El alma está íntimamente
relacionada con esos centros la energía vital fluye hacia el cuerpo desde esos
centros.
El buscador que no es consciente
de esos centros nunca será capaz de percibir el alma.
Si nos preguntan cuál es el centro
más importante, cuál es el sitio más importante de vuestro cuerpo,
probablemente marcaras la cabeza o el corazón.
La educación del hombre está muy
equivocada y ha hecho que la cabeza sea la parte más importante del cuerpo
humano.
La cabeza o el cerebro no es el
centro más importante de energía vital del hombre.
Es como preguntarle a una planta
cuál es su parte más importante y vital.
Como las flores están en el
extremo más visible de la planta, la planta y todo el mundo dirán que la parte
más importante son las flores.
Aunque las flores aparenten ser lo más importante no lo son porque lo más importante son las
raíces, aunque no sean visibles.
En la planta del hombre, la mente
es la flor y no la raíz.
Las raíces van primero, las flores
son lo último.
Si ignoramos las raíces, las
flores se marchitarán porque no tienen vida propia. Si cuidamos las raíces,
automáticamente estaremos cuidando las flores no necesitas hacer ningún
esfuerzo especial para cuidarlas.
Cuando observas una planta parece
que las flores son la parte más importante del mismo modo, parece que la mente
es la parte más importante del hombre.
Pero la mente es lo último que se
desarrolla en el cuerpo del hombre, primero la raíz.
Si le preguntamos a
cualquier persona cuál es la parte más importante del cuerpo humano,
inconscientemente su mano señalará la cabeza o el corazón. Ni la cabeza ni el
corazón son las partes más importantes.
Las raíces del
hombre no están ahí. ¿Qué quiero decir con las raíces del hombre? Del mismo
modo que las plantas tienen raíces en la tierra de donde extraen su energía
vital, los fluidos vitales, y viven a través de ellas, de un modo similar, en
algún lugar del cuerpo humano hay raíces que extraen la energía vital del alma.
Gracias a esto, el
cuerpo se mantiene vivo.
El día que esas
raíces se debiliten, el cuerpo empezará a morirse.
Las raíces de las
plantas están en la tierra, las raíces del cuerpo humano están en el alma.
Entonces, ¿dónde
están las raíces del hombre? Quizá no seas consciente de este lugar.
Si desde hace miles
de años ni siquiera se le presta atención a las cosas sencillas y corrientes,
éstas se olvidan.
Un niño nace en el
vientre de una madre y crece ahí. ¿A través de qué parte se conecta el niño con
su madre? ¿A través de la cabeza o del corazón? No, se conecta a través del
ombligo.
El niño puede
disponer de la energía vital de la madre a través del ombligo el corazón y el
cerebro se desarrollan más tarde.
El niño está
conectado con el cuerpo de su madre a través del ombligo. Desde ese punto se
extienden las raíces hacia el cuerpo de su madre e igualmente en la dirección
contraria, hacia su propio cuerpo.
En
cuanto centro vital, Hara es la fuente de la salud, la vitalidad personal y la
resistencia.
Cuando una persona actúa desde Hara, se mueve
sin esfuerzo. Es llevada y sostenida por el poder infinito del Universo, es una
con el Tao.
Todos
los objetos físicos, incluidos nuestros cuerpos, tienen un centro de gravedad
desde el cual logran el equilibrio.
Si
el centro de gravedad está bajo, el objeto permanece firmemente asentado en
cualquier superficie.
No
se lo puede mover fácilmente.
Si
el centro de gravedad está alto, el objeto se desequilibra y puede moverse o
derribarse con facilidad.
Las
cosas que tienen el peso arriba se caen fácilmente. Las cosas que lo tienen
abajo no se caen.
En
el cuerpo humano, el Hara ocupa la zona general situada entre el plexo
solar y el hueso púbico.
A
eso se debe que, tradicionalmente, los orientales dicen que la persona que
tiene el hará fuerte tiene empujes, es decir valor.
Las
personas que tienen desarrollado el Hara son valientes y tienen capacidad
de aguante, de resistencia.
Tienen más estabilidad y mayor fuerza de realización
y de afirmación.
Es la “forma verdadera” propia del hombre, ya que le
permite servir en el mundo, sin miedo, y liberado del “yo”. Adopta una actitud
natural y libre.
Le otorga una mayor receptividad a la transparencia,
despertando en él una especie de conciencia que le lleva a establecer un
contacto “transcendental” con el receptor, rindiendo homenaje al Ser Divino (por
su manera de sentir, amar y de crear)
A
este centro vital, se le conoce con el nombre japonés Hara, que significa
literalmente “cultivo de la vida”. Significa el centro de gravedad.
Pero
este centro de gravedad debe considerarse en un sentido mucho más amplio.
Hara
es el punto de equilibrio de nuestra vida física, mental, emocional y
espiritual.
Cuando
se dice que alguien está centrado, equilibrado y enfocado, está en contacto con
Hara.
En
Oriente el significado de Hara es tan amplio, tan extenso, que sería erróneo
sugerir que se puede resumir en una sola frase o un conjunto corto de frases.
El
cultivo de y la comunión con Hara es una empresa de toda la vida para los
japoneses.
Todas
las artes marciales, todas las artes culturales (entre ellas la pintura y la
música), todas las disciplinas espirituales y todas las transacciones de
negocios se realizan, con mayor o menor éxito, desde el propio Hara.
Hara
es el centro del YO es la raíz espiritual de la propia vida.
Así
como las raíces de un árbol se hunden en la tierra para extraer el sustento, Hara
es la raíz de la cual se extrae el poder y la conexión con la energía
universal.
Hara
es nuestro cordón umbilical.
La
energía universal entra en nuestro ser a través del Hara.
En
su maravilloso libro, “Hara: El centro vital del hombre”, Karlfried Graf Von
Durckheim, señala que los seres humanos siempre estamos suspendidos entre los
polos arquetípicos del cielo y la Tierra, el espacio y el tiempo. Estos polos
nos atraen desde sus posiciones ventajosas:
El
cielo nos impulsa hacia ideales superiores y la comunión última con el espíritu.
La
Tierra nos atrae hacia el deseo de éxito, poder, riqueza y longevidad.
La
dualidad Cielo y Tierra se representa en nuestra limitada existencia
espacial-temporal en la Tierra.
Esta
dualidad nos crea en el interior un abrumador conjunto de tensiones, cada una
tirando hacia su dirección.
Con
frecuencia cedemos ante uno u otro, abandonando la Tierra por el Cielo, o
renunciando al Cielo por las avasalladoras tentaciones de la Tierra. ¿Dónde
está el equilibrio y la integración?
La
respuesta es: Hara.
Hara
es el modo de integración. Es el verdadero centro del ser, donde se armoniza la
dualidad de la vida.
En
nuestro centro espiritual, Hara hay paz y equilibrio.
Por
lo tanto, el oriental cultiva una actitud que intenta que cada movimiento y
acto proceda de su Hara.
El Reikista debe
promover su vida desde el Hara, es decir cada acto, pensamiento, etc., debe
proceder y moverse desde su Hara.
En cuanto al centro
vital, el Hara es la fuente de salud, la vitalidad personal y la resistencia.
El Hara se lo considera
un segundo cerebro, pero más pequeño.
Directamente detrás de
la zona en que está situado, debajo del plexo solar en la columna, hay un haz
de nervios que representa la mayor concentración de nervios que existe fuera
del cerebro. Esta concentración de nervios es responsable de muchos de los
moviéndose de la parte inferior del cuerpo.
La forma más efectiva de
diagnosticar el estado del Hara es darte cuenta como respiras, es decir donde
sostienes el aire una vez que lo inspiras, acaso llevas el aire inspirado a la
parte inferior del cuerpo, o lo dejas en la parte superior del pecho?
Cuando se respira
correctamente el aire debe dirigirse a la zona baja, así se nutre y se
desarrolla el Hara, cuando el Hara se hace más fuerte, uno se siente más
relajado.
En cambio las personas
con una respiración superficial, es decir dejan el aire en la parte superior
del pecho, son más nerviosas, emotivas, inseguras, etc.
La respiración
superficial eleva el centro de gravedad hacia el pecho, donde entonces se estimulan
las energías, perturbando todo el cuerpo energético.
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