La
perfección de nuestro cuerpo y su manifestación en Salud perfecta es un
concepto que pocas personas han logrado asimilar en su existencia.
Tenemos
muy arraigada la creencia de que el cuerpo es una forma de vida independiente a
nuestra voluntad y que actúa, generalmente en nuestra contra enviándonos
enfermedades que no podemos controlar y entorpeciendo nuestra vida
continuamente.
Nos
sentimos desprotegidos y temerosos en nuestra propia piel.
Captamos
nuestro cuerpo como una maquina misteriosa que se mueve de formas
incomprensibles y por ende, elegimos temerle antes de amarle.
Para
comprender el porqué de ese temor hacia nuestra propia biología, debemos ir
profundamente a nuestro mundo interior, aquel recóndito lugar donde almacenamos
los pensamientos y desde donde construimos las creencias que le dan forma a
nuestra existencia y darnos cuenta que, toda enfermedad que nos aqueja es
únicamente un espejo fiel de las creencias que albergamos en nuestro interior y
de esa forma comprender que “nuestro cuerpo” NO actúa en contra nuestra, por el
contrario, siempre y en todo momento es obediente a los pensamientos y
sentimientos que afloran desde nuestro interior.
Cuando
niños, creíamos que éramos invencibles, jugábamos en la tierra, nos mojábamos
en la lluvia y caminábamos descalzos sin temor a contraer ninguna enfermedad,
pues en ese entonces, el paquete de información llamado “enfermedad y muerte”
aun no tocaba nuestro mundo interior, teníamos la firme certeza de que la vida
era inagotable y perfecta, tal como es y debe ser.
Poco a
poco, nuestros padres y las personas que nos rodeaban se fueron encargando de
introducirnos creencias en torno a la fragilidad e imperfección de nuestro
cuerpo.
Nos
dijeron que no nos mojáramos ni camináramos descalzos pues nos daría un
resfriado.
Que no
jugáramos con tierra pues nos daría una infección y así, poco a poco fuimos
integrando a nuestro pensamiento y sentimiento el profundo temor a la
enfermedad y, la conciencia de que no tenemos control sobre la vida y nuestro
cuerpo tomo forma y fuerza en nuestra mente.
Eran
TAN convincentes nuestros padres al externarnos sus creencias y temores, que a
la larga, comenzamos a resfriarnos cuando nos mojaba la lluvia y a enfermar por
caminar descalzos!
Sus
creencias y miedos, ya habían penetrado en nuestro interior y de esa forma,
nuestras células tomaron y asimilaron la orden de manifestar enfermedad cada
vez que nos mojáramos o nos descalzáramos.
El
cuerpo es inteligente y responde a todas y cada una de las órdenes de la mente.
Jamás actúa en nuestra contra, muy por el contrario, obedece a cada uno de
nuestros pensamientos y sentimientos.
Cada
una de las enfermedades que manifestamos en la adultez, provienen de creencias
y sentimientos recopilados en la infancia.
Toda
enfermedad del cuerpo tiene su raíz en un niño interior profundamente herido
cuyos deseos y sueños se vieron truncados a causa de la presión del mundo
exterior.
Daré un
ejemplo más: El cáncer. No es otra cosa más que un reflejo viviente de viejas
heridas y rencores no sanados.
Cuando
somos heridos de niños comenzamos a crear una coraza de pensamientos, para
poder defendernos y existir en este mundo; a menudo, esos pensamientos no son más
que un cumulo de rencores y heridas no perdonadas que se alojan primeramente en
nuestra aura, para después alojarse en nuestro cuerpo, lo cual ocasiona que las
células se transformen y tomen el patrón y forma de esas emociones de odio y
rencor.
Dependiendo
de su ubicación podremos conocer y trabajar con esas heridas y sentimientos.
Por
ejemplo, un cáncer de colon es el reflejo de las emociones, odio y rencores no
sanados relacionados con decepciones amorosas, frustraciones en el trabajo y
problemas en relaciones interpersonales no perdonados ni trascendidos.
Un
cáncer uterino es el reflejo de un problema sexual no sanado y el rechazo a la
sexualidad herida, así mismo un cáncer de próstata. Y así sucesivamente.
El
cáncer es curable una vez que se sanan e integran en amor y perdón las
emociones que lo causaron.
Debemos
sincerarnos con nosotros mismos y perdonar a los demás, por dura que haya sido
la vivencia.
Tenemos
la responsabilidad de amar nuestro cuerpo, pues a través del amor que podemos
sanarlo.
Debemos
ser conscientes de que la enfermedad siempre, es un producto de los
sentimientos, ninguna dolencia surge de la nada y tampoco es un castigo.
(Siendo el castigo una creencia más que debemos desarraigar).
En
nosotros radica el poder de la sanación y el poder de erradicar por completo la
enfermedad de nuestro cuerpo, desde el más leve de los resfriados hasta el más
grave de los canceres, puede ser erradicadas y sanadas por completo.
Nuestro cuerpo es un milagro
viviente.
Es una estructura maravillosa y
compleja, tan perfecta!
Su diseño original y su matriz
cósmica esta creada para manifestar perfección y salud, en todo momento.
Lo único que es capaz de
transformar esa estructura es el pensamiento humano, que es así mismo, muy
poderoso! y es pilar responsable de la creación de todo aquello que conocemos
como realidad.
Si somos capaces de crear
nuestra realidad, también somos capaces de transformar la estructura de nuestro
cuerpo!
La vida toda la vida en este universo responde al
pensamiento, sin excepción, a mayor o menor escala.
Así es como fue diseñada la creación entera,
siempre y en todo momento la energía que nos rodea responderá al pensamiento.
El
pensamiento se manifiesta a si mismo como ondas sónicas expansivas.
Es
decir, cada pensamiento y sentimiento emana de nuestro Ser como una onda que se
va moviendo y trasladando por el espacio expandiéndose a sí misma e impregnando
con un patrón geométrico determinado, todo lo que toca.
El
espacio a través del cual se mueve el pensamiento es la VIDA MISMA.
Todo el
espacio que nos rodea, es VIDA. No existe el vacio!
Eso que
conocemos como vacío es en realidad un lienzo en blanco conformado por la
energía de la VIDA. Y cada vez que emitimos un pensamiento acompañado de un
sentimiento, sin excepción este se moverá por ese espacio de VIDA dándole forma
a una nueva creación.
Todo es
vida! Todo lo que nos rodea responde a los patrones geométricos de nuestros
pensamientos y siempre, sin excepción alguna recibimos justo aquello en lo que
pensamos con más fuerza.
De la
misma forma nuestro cuerpo responde a nuestro pensamiento y sentimiento.
En todo
momento estamos emitiendo órdenes, patrones de forma que le darán vida a las
nuevas células que se están formando a cada milésima de segundo.
En cada
concepción de una nueva célula, esta recibe un patrón de forma a través del
cual manifestara su existencia y su función. Es entonces lógico que a cada
milésima de segundo tenemos la OPORTUNIDAD DE SANAR, mediante la transformación
de nuestro pensamiento y mediante la emisión de pensamientos y sentimientos de
Amor hacia Nuestro Cuerpo.
Han
notado que cuando tienen alguna enfermedad, siempre dicen “MI enfermedad” es
decir, ya se han apropiado de esa serie de dolencias y por ende, su cuerpo
recibe TAL CUAL LA INFORMACION DE CONTINUAR MANIFESTANDO ESA ENFERMEDAD!
Esa enfermedad no es suya! Es
solo un reflejo de sus sentimientos y pensamientos. Y cada sentimiento y
pensamiento se puede transformar y equilibrar.
Que está sucediendo ahora con
la famosa Influenza?
Nos están bombardeando con el
temor constante a contraer una enfermedad, que es “muy contagiosa” “muy
peligrosa” y que sucede si Yo no tengo miedo? SI YO NO CREO EN ELLO? Como
responderán mis células ante la presencia de una persona que si este enferma?
Puedo estar rodeado de miles de
personas enfermas y si YO NO ALBERGO NI EL MAS MININO TEMOR A ENFERMAR,
simplemente NO enfermare.
Mis Células no tendrán de donde
tomar el patrón para manifestar la enfermedad!
Veamos ,
desarraiguen de su interior el temor a estar enfermos y de una vez por todas
CREAN REALMENTE QUE SON DIVINOS Y QUE SU CUERPO ES PERFECTO. DENLE ESA ORDEN!
Hablen directamente con sus
células, con su cuerpo.
Díganle que las aman y que son
perfectas.
Ahora,
sincérense con Ustedes mismos y sanen su niño interior.
Suelten
todas sus creencias, vuelvan al origen de la inocencia y la FE.
Somos
renovados con la transformación de Nuestra mente!
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