Escuchamos o manifestamos “se me pone un nudo en el estómago por los nervios”, “el corazón me late a mil por hora” “estoy transpirando de nervios” y un sinfín de expresiones más.
El cuerpo responde a la manera como se piensa, se siente
o se actúa.
Este es un tipo de "conexión entre la mente y el
cuerpo".
Cuando se está estresado, ansioso o molesto, el cuerpo
reacciona de una manera que indica que
algo no está bien.
Las emociones que no se manejan en forma adecuada, que se callan, que se ignoran, se
manifiestan en nuestro cuerpo en forma de dolor y hasta incluso enfermedades.
Existen evidencias científicas entre los problemas emocionales que
presentan las personas y su salud física.
Una mala salud emocional puede debilitar el sistema
inmunológico del cuerpo, volviéndolo más propenso a padecer resfriados y otras
infecciones durante las épocas emocionalmente difíciles.
Si supiéramos cómo trabajar esos problemas emocionales y cómo
resolverlos, mejoraría nuestra salud y, por lo tanto nuestra vida.
Si algo te duele, es que no estás escuchando a tus emociones.
Dolores cervicales, dolores de cabeza, sensación de ahogo, un nudo
en el estómago.
Lo más seguro es que hayas sufrido uno o más de uno de estos
síntomas.
Los
medicamentos enmascaran los dolores y al taparlos como si de una
tirita gigante se tratara, no curamos la herida en profundidad.
Simplemente estás ganando tiempo, el tiempo que tarda el medicamento
en hacer efecto, pero ¿qué pasa cuando el efecto de las medicinas se va?
Los
dolores de cabeza suelen relacionarse con el estrés y los problemas
emocionales.
Si tienes
migrañas constantes quizás sea por la gran carga de tu vida diaria y la rutina.
Una de las
mejores soluciones para esto es el ejercicio y el descanso, relajar las tensiones es lo
que falta cuando se tienen dolores en esa zona del cuerpo.
Si la
dolencia es en el cuello es el lugar donde se almacena la culpa y la
recriminación hacia uno mismo.
Si sufres de
dolores en esta zona, quizás es porque te estás juzgando demasiado o porque hay
cosas de las que te arrepientes y no puedes desprenderte de ellas.
La mejor
solución para esto es darse un tiempo para pensar en lo bueno de cada uno,
pensar positivo puede traer grandes beneficios. Perdónate a ti mismo y deja que
las cosas sigan su curso natural.
En nuestros
hombros cargamos nuestros problemas.
Solemos
hablar sobre “llevar el peso sobre nuestros hombros”, y es exactamente así.
Nuestras
tensiones cotidianas se traducen en dolores en esta área. Tiene que
ver con la exigencia desmesurada hacia nosotros mismos, a veces creemos que al
hacernos cargos de más cosas somos más responsables o mejores personas, pero las
obligaciones deben dividirse, de otra manera termina siendo insoportable.
La espalda alta se relaciona con la falta de apoyo
emocional.
Las
personas que sienten dolor en esta zona pueden sentirse poco queridas o necesitando a alguien que les tienda una mano de ayuda.
Estas personas deberían acercarse a sus familiares y
amigos cercanos, esperar que esas relaciones sanen lo que les está doliendo ya
que el cariño que pueden entregar puede ser muy curativo.
Los dolores de espalda baja pueden estar relacionados
con problemas económicos, como también con una falta de apoyo emocional.
El estrés provocado por los temas económicos se concentra generalmente en
la espalda baja.
Cuando se habla del dolor de codos esto puede tener que ver con una
resistencia a los cambios, pero en general no es un dolor el que sucede en esta
área, sino una rigidez lo que puede llevar a la conclusión más directa de que
ese no querer dejarse llevar tenga consecuencias relacionadas con problemas en
las articulaciones.
Las manos son lo que usamos para relacionarnos con el
exterior y con los demás, las utilizamos para expresarnos y demostrar cariño.
Si sientes dolor en ellas puede ser porque te está costando hacer una
conexión en ese nivel.
Trabajar el lado social puede ser una buena reacción
para mejorar el dolor de palmas, siempre es bueno hacer un esfuerzo por conocer
gente nueva o acercar a quienes se hayan distanciado.
Mis caderas permiten
a mis piernas moverse para hacer adelantar mi cuerpo hacía delante. Ellas determinan si
voy hacía delante o no.
El miedo al movimiento puede manifestarse en la rigidez o dolor de las
caderas.
La rigidez en las caderas puede representar que la
persona está oponiendo resistencia y no quiere tomar decisiones que la
comprometan. La persona a quien le duele la cadera tiene dificultades
para decidirse a pasar a la acción, para ir hacia lo que desea.
La solución puede tener que ver con abrirse a cosas
insospechadas, obligarse a vivir aventuras, porque no podemos controlar nuestro
futuro y el miedo provoca el daño sentido.
Las piernas son el segmento de la extremidad inferior
comprendido entre la rodilla y el tobillo.
El dolor se
manifiesta generalmente durante la marcha o estando en pie.
Es evidente que
sin piernas es imposible impulsarnos hacia delante para caminar o para correr.
El dolor en la pierna tiene una relación directa con
nuestra forma de hacer frente al futuro, con nuestra capacidad de impulsarnos y
avanzar en la vida. Indica los temores que se experimentan en este aspecto. El
miedo a arriesgarse a algo nuevo o a realizar acciones que nos lleven hacia la
meta actual.
Puede estar relacionado con un nuevo trabajo o con la
pareja.
Las rodillas son
las articulaciones en las cuales me arrodillo, me abandono a la jerarquía
normal o a lo que está encima mío y también al movimiento y a la dirección que
tienen lugar.
Las rodillas manifiestan
por lo tanto mi grado de flexibilidad y sirven para amortiguar los golpes
cuando la presión es demasiado alta.
Están
afectados cuando me desvalorizo con relación a mi físico o mis marcas
deportivas.
Si
tengo dificultad en doblar las rodillas, demuestro con esto cierta
rigidez. Puede ser porque mi ego es muy fuerte y orgulloso.
Una rodilla que
dobla fácilmente es un signo de humildad y flexibilidad. Las rodillas son
necesarias para mantener mi posición social y mi estatus.
El dolor en las rodillas puede indicar que hay problemas
con el ego, la vanidad u orgullo
desmesurado.
Porque el orgullo es demasiado grande como para que la persona se
arrodille ante otro.
Reconocer las virtudes de los otros también puede ser un
buen ejercicio.
Las pantorrillas suelen doler cuando hay tensión
emocional o estrés.
Representan
así una protección con relación a mi pasado mientras adelanto en la vida.
Si me
duele, o si tengo rampas en las pantorrillas, debo frenar mi ritmo.
¿Quiero yo parar ciertos acontecimientos que me esperan o me dan miedo? ¿Tengo
yo la sensación de que se atropellan los acontecimientos, que todo va demasiado
de prisa?
Mi
cuerpo me dice que puedo tener confianza en el porvenir y que la vida se cuida
de mí.
El dolor se activa en este caso por temas de
celos y resentimientos.
El tobillo es
una parte del cuerpo muy flexible y móvil.
Sirve
para sostener el cuerpo y, por su posición física, sufre grandes presiones. Es
una especie de puente, nexo entre yo y la tierra.
Es
a causa de ella si estoy conectado a la tierra en el suelo, si la energía
espiritual viaja desde arriba hacía bajo
y viceversa, si estoy en contacto con la tierra.
También
es el lugar en el cual expreso mi capacidad de adelantar, de levantarme y de
mantenerme de pie, estable y anclado.
El tobillo ejecuta
los cambios de dirección y, por consiguiente, representa mis decisiones y mis
compromisos que se toman teniendo en cuenta mis creencias y mis valores.
Cualquier
herida o dolor en los tobillos está vinculado con mi capacidad en
mantenerme flexible, mientras voy cambiando de dirección,
Los
pies son el extremo de las piernas y permiten su avance.
Como
los pies son el medio por el cual las piernas pueden avanzar, representan el
medio utilizado para ir hacia adelante en la vida.
Tener
problemas en ellos significa que la persona no encuentra los medios necesarios
para avanzar, ya sea que sienta demasiados miedos, que se deje detener por los
demás o que sienta que la detienen.
No
está segura con respecto a la dirección a seguir.
Este
problema también puede indicar que la persona tiene la impresión de estar
parada siempre en el mismo lugar, de no avanzar.
Además,
puede ser una persona a la que le gustaría huir y no está suficientemente
arraigada en la Tierra o en el mundo físico.
Se
aísla de la realidad material a causa de sus temores.
Si
los pies duelen más durante el reposo que en la actividad, indica que la
persona no se permite detenerse a descansar.
Quiere
ir demasiado rápido o hacer demasiado para lograr sus metas. Se valora mucho
por sus acciones.
El dolor
en los pies puede deberse a demasiada negatividad, la persona no se está
sintiendo satisfecha y eso causa un dolor crónico en esta zona.
Un
problema vinculado con los pies indica un conflicto entre la dirección y
el movimiento que tomo y manifiesta mi necesidad de más estabilidad y seguridad
en mi vida.
El
futuro y todos sus imprevistos me dan miedo.
Cuando
me duelen los pies, debo ralentizar el paso. ¿Se debe al aburrimiento o al
desánimo frente a todas las responsabilidades y frente a todas las cosas que
debo hacer y que me parecen imposibles de realizar?
O
al contrario, puede que vaya muy ligero y mi cuerpo me dice de ir más despacio.
Fuente: Diccionario de las enfermedades emocionales; Enric Corbera.