La auriculoterapia
proviene etimológicamente del griego terapia que significa curar y del latín
aurícula que quiere decir oreja,
Es una práctica terapéutica con más de 2000
años de antigüedad, cuyo origen más conocido parte de la medicina tradicional
China, vinculada a la acupuntura. Se basa en la Medicina Tradicional China (MTCh).
Sin embargo, se han encontrado datos que
confirman que en el antiguo Egipto, Grecia, Roma y la antigua Persia, también
se hacía uso de esta técnica mediante la estimulación de la aurícula para
tratar ciertas patologías
La auriculoterapia consiste en estimular los puntos reflejos
que hay en la oreja, de forma que este estímulo active el sistema nervioso, y,
mediante la vía refleja que une cada punto de la oreja con su parte del cuerpo
correspondiente, se produzca una respuesta en la cual, el organismo utilizará
sus propios recursos para recuperar el equilibrio y la salud.
Según los puntos estimulados, la respuesta generada tendrá
un efecto tanto a nivel físico, como orgánico, emocional y/o energético.
La estimulación se puede realizar de varias formas: masajeando la
zona, pinchando con agujas, colocando semillas, bolitas, chinchetas o por
estímulo eléctrico, entre otros.
La identificación de los puntos se realiza mediante un localizador
de puntos.
Se sabe que un punto está desequilibrado cuando, al contacto
con el localizador, se produce un dolor en ese punto o zona.
El francés Dr. Paul Nogier entre 1954 y
1956 fue el primero en crear una cartografía detallada del pabellón auricular,
la podríamos definir como una técnica
que se ocupa del diagnóstico y tratamiento de enfermedades a través
de la estimulación de puntos energéticos ubicados en el pabellón auricular.
Este método de tratamiento es un microsistema de acupuntura por medio
del cual se diagnostican y tratan diversas enfermedades y consiste en la
estimulación de terminaciones nerviosas que se encuentran en el oído y le
conectan con el resto del cuerpo, por lo que al ser estimulada una parte de la
oreja tendrá un efecto en la parte del organismo relacionada con dicha zona.
Está basada en la idea de que la oreja
es una representación completa del resto del cuerpo.
En la oreja se refleja una imagen parecida a la de un feto “in útero”.
El feto está orientado cabeza abajo, a nivel de su lóbulo.
Esta forma funciona en la teoría de la Medicina china como el
“espejo” de todo el cuerpo.
La auriculoterapia puede utilizarse
para el tratamiento tanto de enfermedades agudas como crónicas, permite
utilizar estímulos semipermanentes y, además, tiene generalmente rápidos resultados.
Muchos años de investigación han dado
origen a un mapa auricular fiable que contempla aproximadamente 200 puntos
asociados a enfermedades, dolores, órganos y sus funciones.
A través de los siglos y con una
concepción cosmogónica del Universo, los chinos desarrollaron esta antigua
ciencia que hoy día se halla en un proceso de expansión y de aceptación en los
niveles Universitarios en varios lugares del mundo.
Entre los años 80 y principios de los 90, la Organización
Mundial de la Salud mantuvo diversas reuniones y conferencias a fin de
estandarizar los nombres de los puntos de la auriculoterapia según las
cartografías china y europeas, a partir de ahí esta técnica es reconocida y aprobada por la OMS
(Organización Mundial de la Salud) que se aplica con suma eficacia para el
tratamiento de: Estrés, Obesidad. Tabaquismo, Adicciones en general, Sedante de
dolores agudos, Insomnio, Ansiedad, Depresión, Problemas digestivos, Asma,
Estados alérgicos en general, y muchas dolencias más.
Está contraindicada en todos los casos en que esté afectada la
oreja por quemaduras, cortes, úlceras o eczemas y en los embarazos,
no se deben estimular los puntos hormonalmente activos.
El tratamiento tiene nulo o escaso resultado después de realizar un gran
esfuerzo físico o mental; por este mismo motivo, no se recomienda realizarlo a
personas que tomen altas dosis de psicofármacos, tengan enfermedades
hereditarias o trastornos degenerativos, esquizofrenia,
depresión endógena, anemias, principios de apendicitis, enfermedades
contagiosas y de transmisión sexual y, por último, enfermedades que afecten a
la médula espinal.
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