Dharma es una palabra sánscrita que
significa ‘protección’.
Se le denomina Dharma a las enseñanzas de Buda
y se representan en una rueda.
Esta rueda muestra la iluminación espiritual de
Buda, la cual tiene 8 “brazos” que simbolizan los Sutras de la Perfección de la
Sabiduría.
Dharma
es uno de los temas más importantes dentro del hinduismo.
Con la práctica de las enseñanzas de
Buda nos protegemos del sufrimiento.
Los problemas que tenemos a diario
tienen su origen en la ignorancia y el método para eliminarla es practicar el
Dharma.
El
adiestramiento en el Dharma es el método supremo para mejorar nuestra calidad
de vida.
Esta no sólo depende del progreso
material, sino también de que cultivemos paz y felicidad en nuestro interior.
Si integramos las enseñanzas de Buda
en nuestra vida diaria, podremos resolver nuestros problemas internos y disfrutar
de verdadera tranquilidad.
Sin paz interior, la paz externa es
imposible.
Si
establecemos primero la paz en nuestro interior por medio del adiestramiento en
el camino espiritual, la paz externa se impondrá de forma natural; pero si no
lo hacemos así, nunca habrá paz en el mundo por muchas campañas que se
organicen en su favor.
Según los seguidores del budismo, el Dharma se
considera como una ley universal de la naturaleza, según la religión el Dharma
se encuentra en cada una de las personas y en todo el universo.
También el Dharma es considerado como una ley con
un nivel cósmico, ya que se cree que esta regula movimientos y ciclos en el
universo.
En el budismo el Dharma mas como una ley, es
considerada como una doctrina, según los budistas el Dharma es una doctrina
dividida en tres partes, estas partes son: las enseñanzas de Buda a sus
seguidores, la cual es también conocida con el nombre de Sutras; la otra
significa las reglas monásticas de Buda, llamadas como vinaias; y por último se
encuentran los comentarios de los sabios después de Buda sobre los sutras y
vinaias, este tiene el nombre de Abhidharma.
Cuando meditamos en el gran valor y
la rareza de nuestra preciosa existencia humana, estamos haciendo una
meditación analítica que nos induce a tomar la firme decisión de no desperdiciar
ni un solo momento de nuestra vida y de aprovecharla al máximo poniendo en
práctica el Dharma.
Cuando esta determinación se
manifieste en nuestra mente con claridad, hemos de tomarla como objeto de
meditación de emplazamiento y concentrarnos para acostumbrarnos a ella.
Para querer practicar el Dharma,
primero hemos de convencernos de la necesidad de hacerlo.
Para ello meditamos de esta forma:
Necesito practicar
el Dharma.
Puedo practicar el
Dharma.
He de practicar el
Dharma en esta vida.
He de practicar el
Dharma ahora mismo.
Tengo
que practicar el Dharma porque deseo ser feliz y evitar el sufrimiento, y este
es el único método infalible para lograr estos objetivos.
Si lo hago, eliminaré todos mis
problemas y podré beneficiar a los demás.
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